Jean Claude Trichet a la cabeza del BCE decidió mantener los tipos de interés en el 4% porque dada la inestabilidad financiera en el momento presente de las empresas y entidades financieras era lo más aconsejable, debido a problemas de liquidez e hipotecarios. Ya que no se podían arriesgar a causar males mayores a la economía sin tener más datos acerca de la inflacción y del ritmo de crecimiento.
Y es tal la incertidumbre que desde que iniciara el BCE en el año 2005 las subidas de tipos de interés, en su comunicado no se refleja que su política monetaria es acomodaticia como hasta ahora, sino que da a entender que a pesar de los riesgos inflacionistas si tuvieran que rebajar los tipos lo harían.
Hay posiciones para todos los gustos ya que el BCE si atendiera a las subidas últimas del petróleo y de algunas materias primas y al repunte de la inflación del 1,7% al 2% en agosto debería subir los tipos.
La posición contraria la tenemos en que no se debería tocar los tipos ya que hay ciertos índicadores que reflejan bajadas como el índice de confianza de la eurozona Zew o el PMI.
Es de agradecer que de momento se mantengan los tipos de interés lo que supondrá al menos en las próximas revisiones de nuestras hipotecas aunque sea minimamente un ahorro para nuestros bolsillos porque el euribor o se mantendrá estable o subirá en menor medida que hasta ahora.
El BCE da un respiro
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